lunes, 16 de abril de 2012

¡A traducir se ha dicho! O no…

-¿Es necesario traducir?
-Claro que sí. (Soy un traductor en potencia, mi respuesta no podía ser otra).
-Pero, ¿siempre?
-Hombre, siempre no… Depende de la situación, del texto fuente...
-¿Cuándo no hace falta?
-Pues cuando entiendes el idioma original, cuando no tienes ningún tipo de interés por el texto en cuestión, cuando hay fotos de por medio (ya se sabe que una imagen vale más que mil palabras)…

Vamos bien. Conocer nuestras limitaciones para ser conscientes de nuestros puntos fuertes. Pero hay un caso en el que tampoco es necesario traducir, y es cuando hablamos de canciones, de lyrics, de música.

Imaginemos una situación ficticia. Se escuchan de fondo unas notas. Te enganchan y prestas atención hasta que escuchas la canción entera. Te gusta. Decides que averiguarás el título, te la descargarás y, por qué no, la incluirás en un CD con temas dignos de tal honor. Puede que entiendas parte de la letra y que incluso te acuerdes de ella lo suficiente como para tararearla o inventarte algo con sentido. Pero puede que no, y de todos modos te bajarás esa canción y la incluirás en ese CD.

Vale, mucha gente dirá que la letra es importante porque “a lo mejor es una canción que habla de tortura, de racismo, de plantas árticas aburridísimas” y que “es mejor entender la letra para saber qué estás escuchando”.

¿Pues sabes qué te digo? Tururú.

No hay nada mejor que no entender en absoluto la letra de una canción. Así, su significado se basará simplemente en las emociones que nos provoque. Y si es un tema que nos gusta, dichas sensaciones serán tirando a buenas. Además, seamos realistas, las posibilidades de que la letra trate de tortura, racismo o plantas árticas son más bien bajas. Y, puestos a desarmarte y dejarte sin argumentos, ¿cuántas canciones tienes en tu ipod de las que no te sabes más que un par de estrofas, muchas de las cuales ni siquiera tienen sentido? Por mucho que estén en español, o por mucho inglés que sepas, siempre habrá cosas que no entiendas o de las que no te acuerdas cuando la estás cantando.

Ojo. No quiero decir que la letra no sea importante. Algunas de mis canciones favoritas lo son porque su mensaje me ha tocado la fibra sensible. Pero también es el momento de confesar que no entiendo NADA de la letra de muchas de ellas y que alguna incluso está en un idioma del que no sé más palabras que el título de la canción.

¿Friki? Sólo voy a decir una cosa: Dragostea din tei.

No soy el único, ¿eh?

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