Hace ya bastante que no hablo
de Los juegos del hambre. Tiene
cierto mérito, porque estoy muy enganchado a la historia y no veo la hora de
leer el tercer y último libro. Pero ya ha pasado suficiente tiempo, tengo autorización
moral para hacerlo. Ahora toca la peli.
Siempre es difícil hacer una
adaptación cinematográfica de un libro. Las imágenes que se forman en la cabeza
de cada lector son únicas, y es una utopía pensar que un director de cine pueda
plasmarlas exactamente cómo tú las habías visualizado. Por no hablar del
tiempo: normalmente se tienen que ajustar a unos márgenes de pocas horas. Muy
por debajo de los de un libro, en teoría inexistentes.
Tal vez por eso la práctica
totalidad de las adaptaciones son peores que el original. Algunas se salvan y
constituyen buenas películas en sí mismas, sin necesidad de haber leído el
libro (como El niño del pijama a rayas);
otras consiguen una fama mayor (La piel
que habito) y otras podrían llegar a rivalizar con la obra escrita (El señor de los anillos).
Los juegos del hambre podría estar en las tres categorías o en ninguna. A
ver si me explico. No está a la altura del libro, ni mucho menos. No engancha
de la misma forma, no es tan rico en detalles y no es tan fiel como debería.
Tampoco se puede decir que se haya hecho mucho más famosa que el primer volumen
de la trilogía (aunque ha estado cerca de conseguirlo); ni acaba de ser una
buena película en sí misma porque, si no has leído antes el libro, puedes
perderte algunas cosas.
Y, sin embargo, tampoco se
pueden decir demasiadas cosas negativas del film.
Vale que no es tan famosa, pero muchos hemos descubierto la saga gracias a la
versión cinematográfica (yo el primero). Vale que no consigue plasmar todo lo
que describe la autora, pero es sorprendentemente minuciosa y ha conseguido
imágenes espectaculares en cada escena. Y, por último, vale que no esté a la
altura del libro, pero es al ver la película cuando percibes la magnitud de lo
que estás leyendo, se te encoge el corazón y piensas (por enésima vez) ‘menos
mal que esto no pasará nunca en la vida real’.
En fin, película más que
aceptable y dos horas y media muy bien invertidas. Pero, por favor, lee primero
el libro.
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