miércoles, 17 de julio de 2013

Aventura preErasmus

Hace unos meses escribí acerca de la aventura que supone pedir un Erasmus... y conseguirlo. Yo tuve un par de crisis que me llevaron, primero, a optar por otras becas (por si ésta me fallaba) y, segundo, a tener una serie de pequeñas crisis relacionadas con el próximo curso. Pero lo peor es que las sigo teniendo.

Y es que mi experiencia previa al Erasmus está siendo una pequeña odisea. Es cierto que me dieron mi primera opción (¡olé yo!) y que todo tiene muy buena pinta. Sin embargo, también he tenido que pasar por momentos que han puesto a prueba mi paciencia. Por ejemplo, cuando mis futuros compañeros recibieron sendos correos en los que se les informaba de que su documentación había llegado correctamente, mientras mi bandeja de entrada seguía cruelmente vacía (mi correo llegó casi tres días más tarde); o cuando me enteré de que era la universidad de mi ciudad de destino la que asignaba el alojamiento, sin establecer los criterios en los que se basa y sin que nosotros podamos hacer nada, con la impotencia que eso conlleva.

A lo anteriormente mencionado hay que sumarle el hecho de que no voy a poder hacer el mismo curso preparatorio que todos mis compañeros y que mi alemán todavía no está para tirar cohetes.

Pero... ¿sabes qué? Tampoco es para tanto. Ahora es el momento en el que saco a relucir el optimismo que me caracteriza y me digo a mí mismo que todo saldrá a pedir de boca y que no hay mal que por bien no venga.


Por ello, reitero lo que dije en aquella pretérita entrada: el año que viene estaré escribiendo desde Alemania... y tendré muchas cosas que contar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario