No, no voy a hablar de
ningún teutón, de estos altos, rubios y vestidos de verde que
pueblan las densas llanuras de Centroeuropa. Esto es un blog serio:
voy a hablar del idioma.
Una vez que escuché que
alguien se refería a él (al idioma) como una 'afición masoquista'
(un saludo, por si estás leyendo esto). Y yo, meses después, tras
intensas jornadas de estudio y algún que otro quebradero de cabeza,
no puedo estar más de acuerdo.
Y es que, para empezar,
el alemán es difícil. La gramática incluye la declinación
de adjetivos, sustantivos y hasta artículos, así como cuatro
bonitos casos. En español no tenemos de eso (desaparecieron con el
tiempo, porque en latín sí que hay) y, aunque se nos pueda tachar
de vagos, yo creo que en esto hemos sido prácticos: hemos permitido
que nuestra lengua haya evolucionado hacia algo más sencillo, no
como nuestros queridos germanoparlantes. El vocabulario es
bastante distinto al del castellano y sólo vagamente similar al
inglés (bueno, algo es algo). La pronunciación, si bien
resulta asequible, también está a prueba de tímidos que no se
atrevan a adoptar el tono brusco que a veces requiere el alemán. El
orden de las frases es tan diferente al español que, no sólo
puede parecer incluso absurdo, sino que es fuente de numerosos
errores. Y, para colmo, tienen unas bonitas partículas con
las que modifican el significado de los verbos (en la línea de los
phrasal verbs ingleses) y que, para complicarnos aún más a
los pobres estudiantes, van siempre al final de la frase.
Sin embargo, también es
bonito y atrayente. El sonido duro y siseante tiene un aire exótico
y, sobre todo, único. El vocabulario, aunque complicado, tiene una
cierta lógica. Y en cuanto a las declinaciones y el orden de las
frases, al final acaba por ser poco más que un juego.
Entonces, ¿se puede
lograr un manejo absoluto, o al menos aceptable, del alemán
(seguimos con el idioma)? Los entendidos del tema dicen que sí, y
que de hecho es más fácil que el inglés o incluso el italiano. Sin
embargo, supongo que yo todavía estoy muy lejos de ese nivel y
tendré que conformarme con acabar las frases y cruzar los dedos para
que todo lo que diga / escriba esté bien declinado y en el orden
correcto... pero creo que, en cualquier caso, ha llegado el momento
de darle el empujón definitivo y ver si dentro de unos meses puedo
unirme a ese selecto club de eminencias que consideran el alemán pan
comido.
Saludos desde Alemania.
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