viernes, 31 de enero de 2014

Ese otro vacío en el pecho...

Hace tiempo, escribí acerca de esa sensación de vacío que sientes cuando terminas de leer un libro. Mucha gente opina que sólo otro libro puede llenar dicho vacío (tal vez por eso a mí me gustan tanto las sagas). Sin embargo, ahora la sensación es algo distinta.

Resulta que durante las vacaciones de Navidad comencé a leer Posdata: te quiero -sí, también comenté hace cosa de un año que estaba en mi lista desde que descubrí a su autora, Cecelia Ahern-. Lo malo es que no me dio tiempo a acabarlo (a decir verdad, sólo pude leer las 70 primeras páginas) y lo dejé en España, con todo el dolor de mi corazón, porque no había sitio en la maleta.

Y, claro, ahora tengo la necesidad de saber cómo continúa la historia.

Por suerte, este vacío en el pecho desaparecerá durante mi próxima visita. Además, mientras tanto, puedo probar suerte con alguno de los otros libros que tengo por aquí. Eso sí, cuando consiga echarle las manos encima y terminarlo, publicaré aquí mi opinión al respecto. De momento, sólo diré que espero que lo que me queda por leer esté a la altura de las primeras páginas.

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