Nunca sabes con quién te
puedes topar por el mundo, pero a veces resultan sorprendentes los
encuentros que nos depara el destino. Si digo esto es
porque esta novela cayó en mis manos gracias a una chica italiana a
la que he conocido en Alemania. Amiga íntima del autor, me prestó
este libro... y yo le aseguré que lo leería.
Como lo prometido es
deuda y mi vida cultural está atravesando una especie de desierto cultural, desprovisto de libros y de nuevos títulos, me puse manos a la obra y
me vi gratamente sorprendido por La fuente de las sombras.
La trama es bastante
dinámica, con tres historias paralelas (de las que me gustan a mí)
y tres trasfondos culturales y temporales distintos. Aunque en
ocasiones peca de fantasioso, finalizar su lectura no supone un
esfuerzo agotador y la parte biográfica que el escritor ha vertido
en él tiene un encanto especial. Es como el libro que todos quisimos
escribir y publicar... sin conseguirlo. Y Toni lo ha hecho.
Es cierto que hay
numerosas imperfecciones, las más obvias de tipo tipográfico
(perdón por la cacofonía), pero insisto en que su escritura resulta
tan evidentemente personal que es inevitable pensar en ellas con
cariño y no con reprobación. Además, creo que ninguna obra puede
recibir el calificativo de perfecta, con lo que no voy a entrar en
más detalles al respecto y solamente felicitaré desde aquí al autor.
Enhorabuena por tu trabajo y recuerdos de parte de tu amiga.
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