jueves, 17 de julio de 2014

Esto se acaba...

Pues sí, señoras y señores. Mi aventura Erasmus llega a su fin. Escribo cuando aún me quedan unos cuantos días porque quiero tener una mejor perspectiva de lo que ha ocurrido y, sobre todo, porque todavía no tengo la actitud pesimista que nos suele abrumar cuando nos despedimos de una etapa que nos ha marcado.

Después de once meses y dos semanas en Alemania, de vivir en dos ciudades y visitar varias decenas de localidades germanas, de haber conocido a gente de todo el globo, de haber experimentado una nueva vida en un lugar totalmente desconocido y de haber mejorado mi alemán, puedo decir que difícilmente olvidaré este curso.

Ya comenté en una ocasión que soy muy optimista con mis “críticas”, tal vez incluso demasiado. Sin embargo, ahora me alegro de que ese optimismo me embargue, porque hace que me quede con lo bueno, que sonría con cariño al ver lo que dejo tras de mí y que mire al futuro con ilusión. Al fin y al cabo, este año me ha enriquecido mucho y quiero sacar partido de todo lo que he aprendido y de todas las cosas positivas que he vivido... que no son pocas.


Y, si quiero hacerlo, tengo que dejar atrás todo esto y empezar una nueva etapa. Con un poco de suerte, será tan buena como la que dejo atrás. Ahora sí que toca ser optimista.

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