Ya comenté hace poco que
las nuevas tecnologías nos ponen en un aprieto lingüístico en
diversas ocasiones. Las palabras que van surgiendo a menudo
suponen una fuente de discusión cuando queremos alcanzar un acuerdo
en lo que respecta a su escritura... Y, a veces, pronunciarlas
correctamente es un gran reto, todo hay que decirlo.
Sin embargo, también
debemos destacar la evolución que sufre el lenguaje debido a los
avances tecnológicos. Con los ya obsoletos mensajes de texto (SMS, a
no ser que alguien proponga 'esemese'), nuestra imaginación llegó a
límites insospechados y acortamos palabras de una manera inconcebible con el fin de ahorrarnos unos cuantos céntimos. Todos lo hicimos... Y lo
sufrimos. En concreto, recuerdo una ocasión en la que un amigo me
preguntó cuáles eran las consonantes de 'instituto' para no usar
todas las letras -yo le sugerí que pusiera 'insti'-. Tampoco
olvidaré los meses que mantuve un mensaje en mi bandeja de entrada
porque no fui capaz de descifrar 'StdndFilo' (estudiando filosofía).
En mi defensa diré que por aquel entonces nunca había cursado esa
asignatura.
Batallitas aparte, lo
cierto es que este ahorro imperativo se tradujo en un acortamiento de
muchas palabras y en toda una transformación del lenguaje. Tal vez
es normal que el español se vaya modificando al mismo ritmo que los
demás aspectos de la sociedad, pero, en cierto modo, esta nueva
forma de economizar trajo consigo un desconocimiento mayor del idioma
e incluso un maltrato en toda regla. ¿Para qué poner haches, si no
sirven para nada y cuestan dinero? ¿O acentos, con lo que se tarda
en pulsar el botoncito? ¿Y qué tiene de malo usar una equis en
lugar de una che, si el receptor lo va a entender igualmente?
Fueron tiempos oscuros
para el castellano. Supongo que para todos los idiomas. Por suerte,
esa época duró poco y los mensajeadores maduramos al mismo tiempo
que las nuevas tecnologías facilitaban la labor de escribir y, por
tanto, usar todas las letras. Y no, no todo el mundo escribe con
total perfección (yo tampoco, tengo que confesarlo), pero vamos
avanzando.
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario