martes, 14 de octubre de 2014

Interpretando... del alemán

“Buenos días, señoras y señores. Muchas gracias por su invitación, es un honor estar aquí. Hoy me gustaría hablarles brevemente acerca de la interpretación del alemán al español...”

Así es como empezaría la mayoría de discursos en una clase estándar de interpretación. Bueno, habría que cambiar lo de 'la interpretación del alemán al español' por el tema en cuestión, pero creo que todos nos hemos hecho una idea.

El caso es que, después de haber descrito el alemán en toda su plenitud, con sus declinaciones imposibles, su alocado vocabulario y sus verbos al final de frase (subordinadas, eso sí), he llegado a un nuevo nivel: la interpretación alemán-español. El aprendizaje, que supuestamente ya debería estar en un estadio muy avanzado, implica una correcta comprensión oral y, por supuesto, a la oportuna reproducción del discurso.

Esta asignatura, por tanto, es como una prueba de fuego. Todas las largas horas de biblioteca, las tardes de estudio e incluso mi prolongada estancia en el país germano tenían prácticamente un único objetivo: estar a la altura en 'Interpretación Simultánea 2ª Lengua Extranjera: Alemán'.


De momento, hemos empezado poco a poco y la cosa no ha ido mal. Mi nivel, tan macarrónico para algunas cosas, me permite entender un porcentaje suficiente de los discursos y reproducirlos en mi correcto castellano. Ahora, sin embargo, tengo que avanzar a contrarreloj para que los futuros textos, que inevitablemente serán más complicados, no me superen. ¿Lo conseguiré? Permanezcan a la espera... Como yo cuando hay subordinadas y no hay más remedio que tener paciencia y aguardar a que acabe la frase. Y es que, como ya dijo alguien más sabio que yo en mi facultad, 'fumando espero al verbo que yo quiero'.

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