domingo, 26 de octubre de 2014

Viaje a la Alcarria, de Camilo José Cela

Muchas veces (más de las que me gusta admitir) mi opinión sobre un libro se basa mayoritariamente en su final. El argumento, el estilo, el trasfondo y la riqueza literaria pueden verse ensombrecidos por un final mediocre. O al revés. Y esto es extrapolable a películas, series y cualquier formato que implique una estructura de introducción, nudo y desenlace.

Sin embargo, ahora nos encontramos ante un caso excepcional, una rara avis que ha engrosado mi lista de 'libros que me han gustado' a pesar de no contar con un final espectacular. ¿Que cómo es posible? Pues porque no tiene final.

Viaje a la Alcarria es una descripción, casi una guía de viajes. Su título no oculta nada y las cinco palabras que lo componen son tan ilustrativas como posiblemente pueden serlo. A lo largo de su lectura, en ocasiones pensaba que este libro era fruto de un antojo de su autor, o incluso una mera excusa para salir de viaje. Por momentos incluso esperaba expectante que hubiera un mínimo de acción más allá de encuentros esporádicos y que 'el viajero' nos sorprendería con un giro inesperado... ¡Ingenuo de mí!


Aun así, he disfrutado mucho con su lectura. Su sencillez, su claridad, sus meticulosas descripciones, su riqueza léxica y sus pequeños fragmentos de poemas componen una obra, tal vez un poco inofensiva pero indiscutiblemente única. Engancha a pesar de la falta de trama y, lo mejor de todo, es perfectamente capaz de transportarte a otro sitio y a otro lugar. Así que, si te apetece pasar unos días en la Alcarria de los años cuarenta, no dudes en leerlo.

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