martes, 13 de enero de 2015

A Walk in the Woods, by Bill Bryson

Otro viejo conocido. Creo que nunca me he leído ningún libro suyo entero pero sí que estaba familiarizado con su estilo y me gustaba. También sabía que muchas veces escribía sobre sus viajes, algo que siempre es un punto a favor. En definitiva, mi lado práctico decidió que esta elección sería tan buena como cualquier otra, lo saqué de la biblioteca y me dispuse a dedicarle parte de mis vacaciones de Navidad.

Tengo que reconocer que las primeras páginas me desmotivaron un poco. Cierto, él escribe muy bien (mejor dicho, de una forma que conecta conmigo) y el tema parecía razonablemente atrayente... Sin embargo, la profusión de términos específicos - ya fuera por la variante estadounidense o por el tema en cuestión - hizo que incluso me costara seguir el hilo. En mi línea, no obstante, seguí avanzando y me encontré con una historia divertida, simpática y, sobre todo, que me trajo muchos recuerdos.

Resulta que en Estados Unidos existe algo llamado 'the Appalachian Trail' (el camino apalache), una senda de más de 2.000 kilómetros de largo parecida al Camino de Santiago, pero más alejado de la humanidad y sin ningún tipo de origen religioso. Quienes se proponen recorrerlo a pie en su totalidad, y eso es precisamente lo que hizo Bill Bryson y lo que le dio material suficiente para escribir un nuevo libro, pueden tardar meses en completarlo, y el porcentaje de infelices que abandonan antes de llegar a la meta es muy alto.

A Walk in the Woods, sin embargo, no es sólo el relato de un paseante aficionado. Es un libro entretenido y ameno, cargado de divertidas anécdotas y de sutiles, o no tan sutiles, críticas a la sociedad y el gobierno estadounidenses (Bill Bryson vivió muchos años en Inglaterra, pero es originario de Iowa). Con su lectura se puede aprender no sólo cómo acampar al aire libre en cualquier época del año o a defenderse de los osos, sino también qué especies son más emblemáticas de cada Parque Nacional de la costa este norteamericana o cuántos metros camina cada semana un ciudadano medio en Estados Unidos. Sí, he dicho metros: la cifra es tan baja que no merece la pena pasarla a kilómetros.

Ya he mencionado la única pega, y es que no estoy familiarizado con todos los nombres de animales, plantas y las partes del equipamiento de los “peregrinos”. Esto ha hecho que, en algunos momentos, me costara comprender lo que explicaba... O que lo hiciera pero no supiera a qué se refería. Sin embargo, creo que la palabra 'pega' tiene matices demasiado negativos y no debería usarla pues, al fin y al cabo, permite al lector aprender muchos términos nuevos. Por ello, te recomiendo en cualquier caso que le des una oportunidad y que no te desanimes si ves que no lo entiendes todo. Lo que entiendas, sin duda, merecerá la pena. Además, como bien ha dicho una profesora mía en una ocasión, de Bill Bryson hay que leer hasta el listín telefónico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario