viernes, 1 de mayo de 2015

Agua del limonero, de Mamen Sánchez



Después de La felicidad es un té contigo, me apetecía profundizar un poco más en la obra de Mamen Sánchez y decidí que Agua del limonero era una opción tan buena como cualquier otra. Es cierto que elegí la peor semana del año para leerlo, pero eso no me impidió disfrutar del argumento y de la prosa clara y evocativa de esta autora.

Disfruté sobre todo por dos motivos: el primero, que había numerosas similitudes con La felicidad es un té contigo. No sé hasta qué punto era ésta la intención de Mamen Sánchez, pero no deja de ser un punto extra para una lectura cualquiera y casi incluso un pasatiempo. Por ejemplo, una de las protagonistas es una mujer periodista, hay relaciones sentimentales turbulentas a lo largo de la obra y hasta se menciona aquí también la “famosa” Calle del Alamillo. El segundo es que, por alguna razón, me identificaba mucho con varios de los personajes, ya fuera por su personalidad o por su trayectoria vital. Además, parte de la acción transcurre en una ciudad por la que siento un cierto apego, y que no voy a mencionar para no destripar un episodio de la historia.

Tengo que decir que, a pesar de las similitudes que ya he comentado, el estilo distinto con que Mamen Sánchez aborda este libro es sorprendente. Lejos de la trama desenfadada y del delicioso humor de La felicidad es un té contigo, aquí encontramos frases románticas, poéticas y dramáticas, que describen la acción con gran intensidad y que permiten al lector sumergirse un poco más en cada una de las ciudades en las que transcurren las vidas de los personajes. Además, las definiciones son geniales por su precisión y tan evocadoras que a veces incluso se llega a percibir el olor dulce y ácido del Agua del limonero

La verdad es que tengo la impresión de que en esta entrada me he limitado a hacer una comparación, y ya se sabe que las comparaciones son odiosas. Supongo que era inevitable cuando el recuerdo está tan fresco, pero tampoco quiero que te hagas una idea equivocada: Agua del limonero es una gran novela, llena de sorprendentes giros y, como ya he dicho, excelentes descripciones, con la que disfrutarás si te animas a leerlo independientemente de si has leído previamente La felicidad es un té contigo. Yo te lo recomiendo, y prometo que, cuando lea otro libro de Mamen Sánchez (que lo haré) y publique la entrada correspondiente, evitaré las comparaciones.

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