One
cannot count the roofs that shimmer on her roofs
Or
the thousand splendid suns that hide behind her walls
Cometas en el cielo es un libro que nunca olvidaré. Tal vez por eso
cuando me topé con One thousand splendid
suns, del mismo autor, no dudé en tomarlo prestado de la biblioteca. Y no
me defraudó. Es una de esas historias sobrecogedoras, que cuenta la vida de
otras personas de una forma tan intensa que no puedes evitar que se te encoja
el corazón con cada párrafo. Además, te transporta perfectamente a un lugar tan desconocido como el Afganistán de los últimos
cincuenta años, a pesar de lo duro que puede resultar el viaje en algunas
ocasiones.
Es uno de los libros más
emotivos que he leído en mi vida y, en cierto modo, insisto, uno de los más duros. Sin
embargo, también creo que es una lectura obligada para todo aquél que oiga la
palabra ‘Afganistán’ y no piense nada que no sea ‘el país de los talibanes’. Y
sí, creo que ‘talibanes’ es una forma plural mucho más clara que ‘talibán’.
Hay mucho más que podría
añadir. Como lo auténtico que resulta toda la historia gracias a la
terminología pastún y farsi que aparece, el título tan poético para una obra
tan desgarradora o las propias declaraciones del autor en las últimas páginas.
Pero creo que es mejor dejar que esta entrada sea corta y enfatizar así lo
magnífico que es este libro.
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