Pues sí, queridos lectores. Todo estudiante de alemán que se precie ha
leído esta frase y no ha podido evitar estar bastante de acuerdo con ella. La
vida es demasiado corta para aprender alemán.
Escribo esto no porque haya tirado la toalla con la lengua de Goethe (y
menos ahora, que vivo en Alemania), sino porque en internet he leído un
artículo al respecto que me ha hecho mucha gracia. Se trata de una especie de
carta abierta a Mark Twain, en respuesta a The
awful German language, un artículo que escribió en uno de esos momentos de
crisis en los que efectivamente piensas que la vida es demasiado corta para
aprender alemán. Aquí dejo el enlace, en inglés, para que quede claro que no me
lo he inventado.
Y es que, como yo mismo he dicho en alguna ocasión, el alemán no es
precisamente fácil. Las declinaciones, los géneros aleatorios, los verbos
separables, los casos gramaticales, la estructura de las frases y su condición
de lengua aglutinante no ayudan a los pobres estudiantes de DAF (Deutsch als
Fremdsprache, o alemán como lengua extranjera). Y menos a los que, como yo,
estamos acostumbrados a estudiar idiomas cercanos a nuestra lengua materna (en
mi caso, el francés, el italiano y el catalán, así como un breve coqueteo que
tuve con el portugués) o inglés, una lengua que es, a todas luces, mucho más
fácil y cuyas complicaciones prácticamente se limitan a su aleatoriedad
fonética y a un par de estructuras gramaticales algo particulares.
Sería interesante que desaparecieran los géneros o las declinaciones. Eso
nos haría la vida más fácil a los dafianos (los que estudiamos DAF, ya deberías saber que me gusta inventarme palabras… Shakespeare también lo hacía). Sin embargo, como no es
factible y es algo que yo no desearía para mi lengua materna, de la que siempre
me he considerado defensor, me olvido de las dificultades y me quedo con la cara positiva de la moneda (que la
hay): por ejemplo, el hecho de que cada vez disponemos de más medios para el
aprendizaje de un idioma extranjero (muchas veces, lo único que se necesita es
un ordenador con acceso a internet, pues en la red está todo lo necesario) o
que viajar es cada vez más fácil, así como estar en contacto con hablantes
nativos, por no hablar de lo que puede reportarte una nueva lengua. Además, como ya he dicho más de una vez, el alemán es difícil, pero no
imposible. Con eso nos tenemos que quedar y, de hecho, yo veo cada vez más
cercano el día en que pueda enfrentarme a cualquier situación sin temor a que
mi desconocimiento del idioma suponga un impedimento. Ese día podré pensar para
mí mismo ‘¡lo he conseguido!’ y sonreiré con displicencia cuando vuelva a leer
la frase con la que en la actualidad sigo estando un poco de acuerdo. Life is
too short to learn German.
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