No, por ahora no voy a empezar
una nueva sección con este nombre (no estaría mal, la verdad, ¿pero y si una
semana no puedo actualizar y falto a mi palabra, con doble sentido?). De
momento, publico esta entrada porque hay algo que últimamente me está quitando
el sueño (esta vez sólo en sentido figurado, por suerte). Se trata de la
estructura y/o.
Resulta que la RAE, y como
consecuencia también la Fundéu, afirma que la fórmula 'y/o' es un calco del
inglés e innecesaria en castellano. Esto se debe a que en español la
conjunción ‘o’ no es excluyente y, por ello, ambas instituciones limitan su uso
a contextos muy técnicos en los que sea imprescindible evitar ambigüedades.
A mí me alegra mucho que dejen
esa puerta abierta, porque debo reconocer que siento una cierta debilidad por
la fórmula que hoy nos ocupa. Me parece que, por mucho que resulte innecesario
hacer esa distinción en español, aporta un matiz interesante en algunas
situaciones y, como la propia RAE admite, habrá contextos en los que se
produzcan ambigüedades y el y/o nos las resuelva.
Además, nos queda una cuestión
interesante: ¿cómo discernimos qué texto es “muy técnico” y cuál no? ¿Dónde
fijaremos la frontera? Cada vez que me encuentre en la tesitura de usar la fórmula
en un traducción o un trabajo, estudiaré la situación a fondo y veré si tengo
una justificación real para mantenerla. De momento, vuelvo a declararme un
rebelde sin causa y creo que en los textos que escriba para mí mismo la usaré
cuanto me plazca. Igual que el sólo y/o el éste (vale, aquí está muy forzado,
pero no he podido evitarlo).
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