Ayer, entre otras cosas, se
celebró el Día del Libro. Ya he escrito al respecto otros años (ver aquí, aquí y aquí), pero
hoy le voy a dar otra perspectiva. De hecho, justo la contraria. Hoy voy a
dedicarle esta entrada a todos los días del año que no son el Día del Libro.
Así, a lo loco.
No me malinterpretes. Es un día
que me encanta, que disfruto cada año y que siempre aprovecho para comprar, al
menos, un par de libros nuevos. En ocasiones, se trata de títulos que tengo en
mente desde hace tiempo. Otras, son ejemplares aleatorios que me llaman la
atención desde un hueco en cualquier puesto o, por qué no, el último best seller del momento (es difícil
resistir la tentación de comprar un libro que está en todas partes). A grandes
rasgos, podríamos resumirlo en una frase: el Día del Libro es una excusa para
comprar libros.
Y, si bien yo la aprovecho año
tras año, considero que no hace falta que haya una excusa para comprar y, sobre
todo, para leer un libro. Por eso, dedico esta entrada a todos esos libros que
nos compramos fuera del 23 de abril y que, aun así, nos permiten viajar a otros
mundos, a otros países, a otras épocas; aprender nuevas historias y conocer a
nuevos personajes que, en las ocasiones más memorables, te acompañarán de una
forma u otra durante toda la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario